Palabras culpables atrapadas en la burbuja de aire
Si me das la oportunidad, te puedo mostrar lo que sintió la
serpiente cuando mordió la manzana.
Las cerezas son besos redondos.
La luz del sol confirma el comunicado de los ángeles insomnes.
Mi fantasía es una pompa de jabón.
La
mariposa me dejó sus alas para que me hiciera un poema.
Las mujeres de labios bellos aprenden a
esperar mirando la caída del sol cada atardecer.
Ser esa desilusión que nunca tuviste por saborear el chocolate
blanco.
Olvídame. Al menos, inténtalo. Podría correr mucha agua bajo nuestros
puentes.
Estás dentro de la cajita de mis desvelos y en la periferia de mis
anhelos.
Llévame al infierno, con tiquete de ida y
vuelta al paraíso.
Odio a la luz del sol que me oculta tu apasionada noche.
No le presto atención al eco: dice
siempre lo mismo.
Ser ese sonido que nunca llegó a tus oídos...
Mi próxima excursión será a
buscar la nieve de las palmeras.
El pan nuestro de cada día está cada día más duro y rancio.
Ser esa cascada de placer que
fluye de tu entrepierna hacia el desvarío.
Esa flor me miró y me dijo: "Tómame, huéleme, llévame,
regálame". Estoy buscando con quién hacerle caso.
El espacio lleno con tu
presencia es el único espacio que nunca estará vacío.
No espero que me ames. Con que estés ahí para recibir mi amor es
suficiente.
Pensamientos, aberraciones,
cuerpos, despertares.
Imagíname extrayendo de ti gemidos olvidados y rasgar de sábanas
con tus manos.
Hacerte el amor debe ser algo
parecido a caminar sobre nimbos esponjosos.
Por miradas como la tuya es que vale la pena tener ojos.
La tentación y el arequipe
saben a lo mismo.
La mariposa me contó que cuando era oruga, era más feliz y no
sufría de vanidad.
Caer en un colchón de
caricias, y no levantarse jamás.
¿Sabes? Te imagino semidesnuda, quieta, vestida sólo con unas gafas
y tu rubor, y yo pintándote en silencio. Deseándote en silencio.
Mis ojos no alcanzan a
escuchar el sabor de tus pensamientos.
Mi reflejo en el espejo es mucho mejor de lo que yo seré nunca.
Una mariquita me confesó, apenada, que le gusta lucir
sus puntitos delante de las mariposas.
Ser ese anhelo inacabado, ese suspiro provocador, esa tentación
descarada.
Estar en ese mal pensamiento
detrás de todas esas dulces miradas.
Pruébate, para saber
a qué sabes. Pero lo más importante: que él te pruebe y te dé su diagnóstico.
Si nos amarran, queremos liberarnos. Si no dan libertad,
queremos cadenas.
Lo que más me gusta
de ti eres tú.
Llegaron mis 6 de la tarde, acompañadas de tu silencio y tu
distancia.
Eres una delicia deliciosa que debe saber
delicioso en el punto donde las mujeres SABEN delicioso.
¡La realidad es una malparida que nos coge a patadas cuando le
da la gana!
No es lo que hacemos
sino la intención con que lo hacemos. De eso se trata tener principios.
Ser Catador Experto, para saborearte toda y con deleite.
Una vida sin tu
mirada es como una Coca Cola sin gas: no sabe a mayor cosa.
Si supiera que no perdemos nada ninguno de los dos por hacerlo, me
embarcaría en la deliciosa empresa de conquistarte.
Perder la brújula
entre tus piernas...
La mariposa es un gusano que encontró la fama y perdió la
humildad.
Hago muy mal casi
todo, pero una de las cosas que mejor sé hacer es pensar en ti.
Ver llover, sentir que son lágrimas y confirmar que es el cielo
llorando por nuestro adiós.
Los días grises no
tienen la soberbia de los días soleados ni la amargura de los lluviosos.
No sé si quitártela yo o dejar que tú te la quites. [... En fin.
Creo que lo mejor es que tú misma te encargues de tus dudas].
La cama y la piel
conocen casi toda la verdad. Lo demás es apariencia.
Si dormir sirviera para soñarte, no despertaría nunca. Pero...
¿”Especular” es hacer el amor frente al espejo?
La luz que entra por la ventana me
reclama iracunda por qué no estoy afuera, saludándola alborozado.
La sentencia es inapelable: o amas las zarzamoras en flor o te condenas
al olvido en la distancia.
No por ocupar mis pensamientos eres
pensamiento en mi mente.
La culpa y el yogurt son ambos agridulces, fríos, deliciosos.
El niño que te mira en silencio a los
ojos te habla de juegos, risas estentóreas y golosinas. La mujer que te mira en
silencio a los ojos habla de noches de lujuria, gemidos y piel ardiente.
Siempre me han llamado la atención la lenta marcha del segundero y
la veloz prisa por completar la vuelta del horario. Las manecillas del reloj
son muy divertidas.
La muerte, en medio de su inevitabilidad,
es menos soberbia y prepotente que la vida superficial y exigente.
Miremos-a-Ver70.blogspot.com